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Tenemos un interés inmediato en las caras de amigos y familiares, de aquellos a los que conocemos. No obstante existe también un innegable interés del ser humano por los rostros anónimos que vemos en muchas fotografías. La disposición del rostro humano es una de los primeros patrones que nuestro celebro aprende a reconocer, sin la cara de una madre en la que centrarnos, no obtendríamos comida, seguridad, calor ni amor. Es por ello que el rostro humano posee tanta fascinación.  El retrato formal en b&n parece exigir y promover incluso una mayor observación del individuo. Extrae a la gente de su tiempo y de su entorno. Sin las distracciones de los tonos de la piel y la ropa de color, el alma del retrato parece desnuda. Mientras que en un sentido el b&n tiene esa capacidad infalible de llegar debajo de la piel, su representación literal de la piel del retrato ofrece incluso más información de su carácter y temperamento